Y pisando sobre la nada llegue hasta ese arbol que me hablaba, que me conocia, que me invitaba a repazar los momentos que en mi vida marcaron este dia. Y su voz me era conocida, sus palabras resonaban sin antipatia, si alegria pero con serenidad, me fue mostrando de a poco, la verdad. Sin mirarlo sin pensar, a el me fui acercando y empezamos a hablar. Me conto de un muchacho que sufrio junto a el, las horas de desengaño, dolor, mentiras, y de un pasado gris, sin dia, sin sabor ni melodia.
Y la charla continuo por horas, y tomo varios rumbos...
Desde el pasado hasta el futuro, por el presente y por el vacio de una mente con razguños, me vi involucrado en una sesion de terapia de grupo, con un arbol, mi mente y yo.
... y el miedo me invadio, con pesadumbre miraba el horizonte pensando como escapar, por donde... buscando el rumbo, negandole a mi corazon moribundo la oportunidad de conocerse. Y ya me iba, y ya partia, pero el arbol me dijo entre suspiros y sonrisas, "no te vayas Matias". Y me escuche, y me encontre, y me vi en una utopia sin placer, sin saber... sin la banalidad de una vida vacia, donde no hay por que nacer, si por lo cual morir, fallecer.
Entre relatos y melodias me encontre con ese Matias que siempre aspire. En un encuentro cara a cara desperte de un trance con escamas, sin entradas, con vacios y sin alma. Y por fin me mire y me entregue a la verdad de lo absoluto, sintiendo que mientras me alejaba de ese arbol hablador, fui dejando atras ese pasado desolador, que reflota con cada crisol y me sumerge en la profundidad de la negacion.
Hoy ya puedo decir, hoy lo siento en el corazon. Hubo un arbol que me cambio, hay un Matias que huyo, pero volvio para no ser mas lo que una vez lo marco, sino para marcar desde hoy lo que en su vida sera.
Matias~
